La extirpación de amígdalas, por ejemplo, produce en el organismo una respuesta “defensiva” igual que la que se da en un caso de traumatismo: la hinchazón. Al fin y al cabo, una intervención quirúrgica supone una agresión para el cuerpo, porque hay rotura de vasos sanguíneos y una salida masiva de sangre (hematoma) a la zona.
Como todos sabemos, una manera rápida y eficaz de minimizar la inflamación es aplicar frío en el área, así que comer helado cumple esa función. Por esa misma razón, y a modo de remedio casero, antiguamente había quien se aplicaba en una contusión un filete recién salido de la nevera.
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